Esta
entrada, me han dicho que se la dedique a un lector (o lectora) que
firma como Nebulosa de Orión. Creo que tienen razón porque sus
comentarios sobre indios, lobos y otras chorradas de este consistorio
nos han hecho reír mucho.
No
sigo los plenos por la radio ni voy a verlos. Son uno de los rollos
patateros más grandes nunca vistos. Unos y otros se tiran los trastos a
la cabeza, tú eres malo, tú peor ¡y tú más! y son un espectáculo de cara
a la galería donde todo está prácticamente decidido de antemano.
Pero el pleno del pasado jueves 28, jueves santo, jueves de la semana de pasión, el esperpento llegó al no va más.
Se
largó de una vez por todas el iluminado. Para el PP es lo mejor que
podía hacer y Pepito y Paquito ya se encargan de que "no le farte de
ná". La despedida, en lugar de ser algo serio, fue una comedia digna de
premio razzie, más que de un oscar.
Por
un lado, JJ volvió a explicar el rollo del indio cherokee y los lobos,
la pradera candemorr, el equinoccio y las hojas de los árboles. Un
grandísimo cuento chino, perdón, indio. Ni una sola autocrítica. Debo
decir que éste, que se permite el lujo de hablar del "dios dinero", se
larga sin haber pagado una sola de las deudas a todos los que le dejaron
dinero de buena fe y no pagó por falta de dinero, sino de ganas. Con
todo lo demás, lo mismo.
Pero
el espectáculo fue ver a Parera diciendo lo que no cree, el explícito
silencio del PSC y, lo mejor, el ensayado dramón lacrimal de Olga
Ermita, que minutos antes estaba risa va, risa viene, y minutos después
de la llorera, también. Penoso. Me recordó un poco a la dimisión de la
Esperancia Aguirre, que también ha tenido una extraña dimisión. Los
políticos lloran lágrimas de cocodrilo, los que sí que lloran, de
verdad, son muchos ciudadanos, que cada día tienen más motivos para
hacerlo.
Así
que todo este churro habrá que mirarlo por el lado bueno, que es el de
la risa y el cachondeo. Y con esto y un bizcocho, se fundieron los
plomos y se fue "la luz". PPero no toda, así que risas, seguro que aún
habrá muchas.