viernes, 22 de diciembre de 2017

La prensa internacional destaca a Calafell como modelo de diálogo político

Calafell, el pueblo catalán con el diálogo como estandarte

No nos hemos cansado de repetir en el blog durante 2 años que el mejor gobierno posible es un equipo de gobierno en minoría, una minoría obligada a dialogar con todos los partidos para llegar a consensos y acuerdos mayoritarios. 

Algunos lo han entendido perfectamente, otros parece que siguen sin aceptar que lo que se vota por mayoría se respeta sin pataletas. Un gobierno con mayoría absoluta (11 regidores) puede decidir lo que quiera sin contar con nadie de la oposición, excepto en casos muy específicos.

Antes de conocerse el resultado de las elecciones del 21-D, la prestigiosa agencia France Press, entrevistó a varios vecinos de Calafell y al alcalde, como ejemplo del diálogo necesario. 

Esta es la entrevista que publicaron ayer:





En Calafell, un antiguo pueblo pescador catalán donde veranearon tres nobeles de Literatura gobernado por una coalición entre "unionistas" e independentistas, tienen algo claro: ha llegado la hora de hablar y resolver la tremenda crisis atravesada por España.

En un día soleado y fresco, los votantes llegaron pronto a las dependencias municipales próximas a la playa que este jueves servían de colegio electoral para los comicios regionales.

Con alguna rara excepción, todos coincidían en que ha llegado la hora de que los políticos de todos los colores, independentistas o no, se sienten a hablar y acaben con la peor crisis política desde la restauración de la democracia.

"Se ha de hablar mucho, que no tengamos que volver a votar en 54 días, la gente está cansada", explicó Pili Olivé, una camarera de 44 años, expresando su temor a una repetición de las elecciones.

Este escenario podría darse si los resultados entre las siete listas en competición son muy ajustados y si los partidos no consiguen formar alguna coalición viable para gobernar esta región dividida entre independentistas y defensores de la pertenencia a España.

De la mano del gran editor Carlos Barral, que tenía una hermosa casa frente al mar, tres futuros nobeles como el peruano Mario Vargas Llosa, el colombiano Gabriel García Márquez y el mexicano Octavio Paz, pasaron veranos en este pueblo a cuyas aguas altas en yodo se le atribuían propiedades medicinales.

Otros escritores, como el chileno Jorge Edwards y el español Juan Marsé también tuvieron o tienen casa en el pueblo.
- Siempre nos entendimos bien -

El pueblo creció y creció con el auge de la construcción hasta borrar los terrenos baldíos entre sus tres núcleos -el pescador, el agrícola y la urbanización conocida como Segur de Calafell- y su población pasó de los 5.000 en los años 1980 a más de 25.000.

Uno de los últimos pescadores de una localidad hoy volcada en el turismo, Joan Rafel Núñez Margalet, no pudo salir al mar este jueves porque le convocaron como reserva en la mesa electoral.
"Hoy había que votar sí o sí", explicó, antes de reclamar diálogo.
"Aquí nos hemos entendido bien siempre, siempre. El problema apareció hace cinco años, cuando las cosas se radicalizaron en un lado y otro, no sabemos por qué, y todos nos convertimos en políticos", resumió.

"Ese es el problema. Los políticos siempre fueron políticos, y la gente, gente de a pie", sentenció el último de una saga de pescadores por parte de madre, partidario de que Cataluña se mantenga en España.

Jordi Jornet, un cocinero de 48 años, independentista, estaría dispuesto a que su partido, ERC (Izquierda Republicana de Cataluña), gobernara Cataluña con el PSC (Partido de los Socialistas de Cataluña) "si ello trae beneficios sociales".

Obligados por las circunstancias, en el gobierno municipal de Calafell se ha hablado mucho en los últimos años.

Tras las elecciones de 2015, Ramón Ferré, del PSC, logró formar la primera coalición "unionista" que gobernó en Cataluña, en plena efervescencia independentista, junto a Ciudadanos (centro) y el conservador Partido Popular.
- Aquí "nos conocemos todos" -

Un primer pacto entre el PSC, el Partido Popular (PP) y Ciudadanos, los tres grandes partidos favorables a la unión, duró apenas 100 días, hasta que uno de los concejales de este último partido fue expulsado por apoyar una moción independentista.

Hoy Ferré gobierna en una sorprendente coalición con independentistas (la formación local UAM) y el PP, y ha contado con el apoyo puntual de los también independentistas de ERC en grandes asuntos como los presupuestos: un ejemplo de transversalidad política hoy anhelado por muchos en Cataluña.

El gran interés de los comicios en esta rica región de 7,5 millones de habitantes es saber si los independentistas podrán repetir la coalición en el Parlamento catalán que llevó a cabo la fallida proclamación de independencia del 27 de octubre y cuyos líderes están ahora repartidos entre la cárcel y Bélgica.

El alcalde Ferré admite que un pueblo no es una ciudad, ni una región o un Estado: "lo que aquí prevalece por encima de todo es que salimos a la calle y nos encontramos todos", dice.

Sin embargo, anima a que esas afinidades personales prevalezcan en un contexto crispado, como ha ocurrido en Calafell.

"Igual tendríamos que patentar la marca y exportarla", explicó sonriente, hablando de "un modelo Calafell" en el que quienes quieren avanzar y lograr acuerdos busquen "puentes, puntos en común, y no aquello que nos separa".







Agencia France Press / Javier Soriano

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